Furoshiki

El uso de textiles para envolver bienes no es exclusivo de Japón. Sólo hace falta observar varios países africanos o hasta imágenes de inmigrantes que cruzaban fronteras en busca de una vida mejor para ver que muchas culturas usan textiles para envolver y empaquetar sus bienes. De hecho, hasta padres y madres de todo el mundo usamos fulares y pañuelos para llevar a nuestros bebés a cuestas.

En el caso de Japón, la tela que hoy conocemos como furoshiki se comenzó a usar para envolver objetos budistas en el periodo Nara (710-794). Más adelante, pasó a usarse para envolver la ropa de la nobleza en el periodo Heian (794-1185).

No obstante, el término no se popularizó hasta el periodo Muromachi (1336-1573) y especialmente el periodo Edo (1603-1868). En aquella época comenzaron a popularizarse las casas de baños y los japoneses empezaron a usar el pañuelo furoshiki a modo de bolso para llevar su ropa (y que no se confundiera con la de otros clientes). De hecho, furoshiki significa literalmente «mantel de baño» y hace referencia justamente a la tela que se usaba para guardar la ropa mientras uno estaba en el onsen.

Durante el periodo Edo el furoshiki se popularizó entre los comerciantes, que comenzaron a usarlo para transportar todo tipo de bienes. Y de ahí que su uso se extendiera hasta lo que vemos actualmente.

La tela furoshiki te permite envolver absolutamente cualquier cosa: desde botellas de vino y huevos, objetos muy delicados, a libros, verduras o regalos. Y también puede usarse como bolso tradicional, para llevar el monedero y las llaves con estilo. Mucha gente también lo usa para envolver su comida diaria, el obento, y así usarlo como mantel a la hora de comer.

Además, las telas del furoshiki son preciosas, con estampados y diseños muy variados. Los hay más tradicionales pero también muy modernos, con lo que sea cual sea tu estilo, seguro que encuentras alguno de tu gusto.

Pero para nosotros, lo mejor del furoshiki es que es extremadamente fácil de usar. No necesitas grandes técnicas ni que se te den bien las manualidades. Tan sólo necesitas el objeto que quieras envolver y una tela furoshiki lo suficientemente grande. Y, por supuesto, fijarte en las ideas de envolturas básicas que compartimos a continuación. ¿A que no son tan complicadas?

Con la introducción de las bolsas de plástico en tiendas y comercios, el uso del furoshiki fue disminuyendo con los años. De hecho, actualmente su uso ha caído muchísimo. No obstante, el uso de furoshiki ayuda a proteger y cuidar el medio ambiente, por lo que en aras de la sostenibilidad, su uso se está promoviendo desde el propio ministerio de medio ambiente japonés. De hecho, ya en 2006 Yuriko Koike, que por aquel entonces era ministra de medio ambiente, creó la campaña «Mottainai Furoshiki» para reducir el uso de las bolsas de plástico.

Actualmente, el furoshiki se puede elaborar con diferentes telas de varios grosores y precios. Desde algodón, rayón, nylon y poliéster a la seda o el chirimen, por ejemplo. Materiales más duraderos y sostenibles que el plástico. Y además, sus diseños, típicamente japoneses y con estampados llamativos, están consiguiendo enamorar de nuevo no sólo a los japoneses sino al resto del mundo.

Esto se demuestra con el éxito de propuestas tan interesantes como Furoshiki Link, que apuestan por la artesanía tradicional japonesa y el diseño contemporáneo. Esta propuesta une a artistas y diseñadores de todo el mundo y ofrece hermosos artículos de inspiración japonesa. «Creemos que la artesanía japonesa es insuperable en términos de calidad y atención al detalle. Es por esto que todos nuestros furoshiki se imprimen y cosen a mano en Japón en una empresa familiar de más de 50 años de experiencia en la producción de furoshiki«, apuntan sus creadores desde la página web de Lexus España.

Este tipo de colaboraciones entre creadores y emprendedores de todo el mundo son básicas para revivir y mantener con vida muchas artesanías tradicionales japonesas. Esperamos que los valiosos conocimientos de los maestros artesanos, con sus herramientas, sus técnicas y sus talleres, no desaparezcan y logren encontrar un hueco en el mundo del siglo XXI.

El furoshiki no debe confundirse con el pañuelo fukusa, que se usa para la entrega formal de regalos y también en la ceremonia del té. Ni tampoco lo confundas con la toallita de mano tenugui, perfecta para hacer frente a la humedad del verano japonés. Son objetos diferentes con usos diferentes, tenlo en cuenta a la hora de comprar tu furoshiki.

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